Crónica del Archipielago de las Perlas, escrita por Marc Casanova
ARCHIPIÉLAGO DE LAS PERLAS POR MARC CASANOVA

amanecer saliendo de panama
Una vez terminados nuestros días en Panamá y después de haber dejada preparada la maniobra del spi regalo de Sergio Ciruelas, nos dirigimos al archipiélago de Las Perlas, situado a medio día de navegación. La travesía fue con poco viento proveniente de la aleta y nos permitió probar por primera vez el spi del cual llevábamos días hablando.

spi
Todo empezó perfecto, con un viento de unos 9 nudos, avanzando a 5,5 y con la emoción de ver esa gran vela hinchada que habíamos conseguido izar sin problemas, hasta que empezó a subir el viento; Al empezar a ver rachas de 16-17 nudos y ver que el barco planeaba a grandes velocidades y un poco descontrolado, decidimos bajar rápido el spi antes de romperlo y que se nos terminara el nuevo juguetito aunque mientras estábamos realizando la maniobra oímos que saltaba la cadena de transmisión del timón de sus engranajes. Al cabo de unos instantes, ya teníamos rota la transmisión de la caña a la pala y es que al saltar la cadena izo que se desplazara el tensor de ésta hacia debajo de un piñón de engranaje e izo que cuando el piloto automático virase a babor situase éste sobre el engranaje, partiéndolo consecuentemente.

timon de fortuna
Acto seguido, bajamos todas las velas, desmontamos el sistema de engranajes, pusimos la caña de emergencia y después de una buena sesión de fotos gobernando con ésta, proseguimos hasta Las Perlas, concretamente hacia Isla Contadora. Fondeamos al sur de ésta, enfrente al “Hotel Villa Romántica” y en un periquete, ya estábamos con el dinguy al agua y dirigiéndonos a tierra a explorar. Esta isla está llena de mansiones, a las cuales llegan los propietarios mayoritariamente con avioneta por lo que tenemos un gran surtido de estas en el pequeño aeropuerto y nos podemos empezar a ilusionar con pilotar una un día de estos. Para desplazarse por la isla, que mejor que unos carritos de golf para no perder el estilo; Desde los propietarios hasta los del servicio.

avioneta en isla contadora
Después de haber dado unas vueltas por la isla y preguntar ante todo por la pieza del timón, volvimos frente donde estábamos fondeados ya que nos recomendaron que habláramos con Pascal, el propietario del hotel Villa Romántica. Pascal es un navegante francés que después de estar varios años navegando por todos los mares y enamorarse de Marquesas decidió instalarse allí pero con un barco más grande; Después de buscar y buscar, optó por comprarse un catamarán que tuvo que traer desde Francia y camino a su lugar elegido, se quedó atrancado en esta preciosa Isla en la cual, adquirió el Hotel Villa Romántica y vive actualmente dirigiéndolo con su mujer Yari (Puertorriqueña) además de tener barcos para chartear por la zona y por lo tanto, podernos ayudar con nuestra reparación.
Al instante de conocer a Pascal, nos cayó de maravilla y como era de esperar, vimos que tenía un gran conocimiento respecto a reparaciones de barcos por lo que nos mostró confianza. Según Pascal, no habría problema para reparar el piñón, la cadena con el tensor, el sistema de engranajes que estaba oxidado y todo atrancado etc y además estábamos de suerte ya que su mecánico iba a ir el día siguiente a Panama City por lo que podría comprar las piezas nuevas que necesitábamos. Así pues, era cuestión de esperar y como Pascal nos había recomendado la isla Pedro González decidimos ir hacia allí. Al llegar a Pedro González una tarde, fondeamos y nos encontramos con otro problema desagradable; Se había atascado la descarga a mar del baño, llenando el depósito de éste hasta los topes y no dejándole que entraran más residuos orgánicos. Estuvimos siguiendo tuberías haber dónde podía estar el atasco y al aflojar la que no debíamos, se nos vació todo el depósito de aguas negras por el interior…ya os podéis imaginar las palabras que salían a chorros de nuestras bocas. Consecuentemente, las siguientes horas las dedicamos a vaciar el Mouse de chocolate con la bomba manual de achique de sentinas de emergencia, a la cual le conectamos una manguera para poder ir circulando por todo el barco libremente. Por otro lado íbamos tirando baldes y baldes de agua para ir “limpiando” los sitios a los cuales no podíamos acceder. Entrada la noche, después de horas de trabajo y lejía a tutti pleni ya teníamos nuestra casita de nuevo limpia y con buen olor. Evidentemente, hasta el momento, Pedro González nos había parecido una “piiiiiib” de isla. La mañana siguiente, cambiamos de fondeadero y nos fuimos con energía a pasear; A ver a quien nos encontrábamos. Justo desembarcar, ya nos encontramos con el director del proyecto PEARL ISLAND que al preguntarle por las retroexcavadoras que se oían nos dijo : “Etaaaamos desaroyaaando la iiilaaa” y nos enseño los planos del proyecto que consistían en destruir literalmente la isla mediante hoteles, una enorme marina, terrenos en venta enfrente al mar para la construcción de casas privadas, etc. La verdad que es una lástima ya que el pasear por la isla y sus playas sin encontrarte con nadie, tiene su encanto; Veremos lo que queda de ello en un futuro.

playa paradisaca en Pedro Gonzalez
El día siguiente, cuando regresábamos hacia Isla Contadora vimos numerosas ballenas cerca del barco y Enric e Iñaki decidieron subirse al dinguy e intentaron acercarse más a ellas. Después de estar un rato siguiéndolas, proseguimos hacia Contadora dónde fuimos a hablar con Pascal (que nos dijo que su mecánico ya estaba en Panamá) y a tomarnos la cervecita de rigor con nuestros amigos del Blandy’s Supermarquet (los hermanos Joel y Richard). Esa tarde, yo tomé agua por lo que algo raro me estaba pasando; No me sentía bien. Al llegar al Sikkim ya empezaron las vomiteras que duraron horas haciéndome retorcer de dolor constantemente y recordando, de nuevo, lo importante que es la salud. Al final, después de ver que las horas pasaban y de que no cesaban los dolores, desperté a Pol e Iñaki para que me echaran una mano con la llamada al servicio telefónico radio médico (yo no podía hablar con tranquilidad), disponible las 24h para los navegantes.
Decir que para los que tenemos libreta marítima y por consecuente tener que pasar revisiones médicas cada 1 o 2 años en el Instituto Social de la Marina ya tienen nuestro historial así que a la que realizas la llamada y con el dni, el médico ya está con el historial del paciente delante del ordenador.
Durante el transcurso de la llamada, tenía a los dos nuevos doctores presionándome la barriga por distintas partes, para ver como reaccionaba e explicándoselo al doctor que estaba al otro lado del teléfono. Al final me dieron Buscapina que vomité al cabo de poco, momento en el que desesperé y pedí a los compañeros que fueran en busca de algún médico en la isla; No podía más. Así pues, quedamos a bordo Enric, Roser y medio yo, mientras Iñaki y Pol iban en busca de ayuda. Al cabo de un rato, volvieron diciendo que ya lo tenían todo arreglado así que nos fuimos los 3 con el dinguy a la playa para desembarcar. Al llegar, ya había un policía esperándonos con el Quad (yo no podía ni andar). Nos subimos todos y ya nos veis yendo por la isla, de madrugada, con el policía, el quad y nosotros 3 por allí subidos como podíamos (aun encontrándome mal, me venia la risa). El policía nos dejo en la consulta médica donde ya estaba la doctora que habían despertado y la cual, después de los toqueteos de rigor me administró Buscapina, Suero y lo que encontró, vía intravenosa, desapareciéndome el dolor y entrándome el sueño de golpe. Mientras me administraba los medicamentos, nos sorprendimos al ver a la doctora con su hija pequeña por allí en medio, a la que tenía que dar el pecho. Aún habiéndome calmado momentáneamente el dolor, la doctora me mandó al hospital nacional de Panamá para hacerme un chequeo completo ya que en la isla no disponían de los medios. Dicho esto, nos fuimos a dormir un rato a bordo y en breve ya estaba saliendo el sol. Esa mañana a las 8 ya estaba yendo con avioneta a Panamá para ir al hospital, aún bajo los efectos de los sedantes y con los nervios de qué me dirían en el aeropuerto ya que tenía el pasaporte sellado con la salida desde hacía unos días (al dejar Panamà city dejamos sellados de antemano la salida al país, calculando estar algún día más en las Perlas y debido a que no podíamos hacer la salida del país desde estas islas). Al llegar al control y darle el pasaporte al policía intenté enseñarle la pagina en la que estaba sellada la entrada (para que no viera que estaba ilegal en el país) pero el policía pasó pagina, me enseño el sello de salida y se me quedó mirando. Al cabo de un instante me dijo: “Pasa”.
Del aeropuerto, taxi directo al Hospital Nacional de Panamá donde al llegar y contar mi historia, me empezaron a decir los precios; Que si 400 dólares para empezar más ir sumando la consulta del médico (200$), el análisis de sangre y el de orina, las radiografías, etc con lo que evidentemente ví que la doctora me había mandado a un hospital privado. Entonces le pregunté a la señorita que me atendía donde iba la gente que no podía pagárselo a lo que me respondió, “al Hospital Santo Tomás pero no se lo recomiendo”. Como no, fui directo a él y me encontré con un edificio viejo con presos emanillados por su interior, a los cuales atendían allí también. El resumen es que después de pasar todo el día haciendo pruebas, administrándome medicamentos y pasar horas en las salas de espera, me dijeron que no sabían que podía tener y que probablemente había ingerido un alimento en mal estado aunque yo estoy prácticamente seguro de que no fue eso, por los dolorosos ataques durante horas que había tenido. El ácido úrico, como de costumbres, lo tenía alto.
Al salir del hospital, fui famélico al primer hotel que encontré, comí un buen filet Mignon para celebrar lo del ácido úrico y a la cama directo ya que el día siguiente volvía con la avioneta (72$ por trayecto) a Isla Contadora.
Al llegar, intercambio de historietas con Iñaki, Pol, Enric y Roser quienes durante mi ausencia habían descubierto las buenísimas pizzas del Gerald’s Bar y estado de relax durante el día. Al atardecer, como de costumbre se fueron todos al Blandy’s Supermarket y yo preferí quedarme a bordo para escribir en mi diario. Las horas pasaron y al ver que no venía la tripu ya supuse que se habían liado en tierra…así que a la que ví que pasaba una lancha con 3 tipos, los saludé, hablé un momento con ellos y los invité a bordo a tomar unas cervezas con lo que accedieron al instante. Eran John, Zach y un panameño. Los dos primeros, resultaron trabajar en el Blue Water Rose, antiguo pesquero reconstruido y equipado para buscar los tesoros de los antiguos galeones españoles (desde España se realiza la investigación y el Blue Water Rose explora el área que se les manda) y el panameño (que ahora no recuerdo el nombre) que patroneaba una lancha de unos 14m abierta de proa a popa, llena de altavoces y destinada ha hacer fiestas a bordo.

Blue Water Rose
Después de estar charlando un rato a bordo del Sikkim me ofrecieron ir con ellos a tierra y me animé rápidamente ya que así podía encontrarme con el resto de la tripu. Pasamos primero por el Blue Water Rose, momento en el que aproveché para ver los equipos y hacer todas las preguntas que me venían en mente.
Finalmente y ya en tierra, estuvimos buscando a la tripu del Sikkim pero no la encontramos así que nos fuimos al bar “Manguito”, el único garito de la isla con música en la que básicamente encontrabas gente local aunque coincidimos con un grupo de americanos/americanas. Estuvimos bailando hasta que cerraron el bar y como todos estábamos animados le propuse al panameño seguir la fiesta en su Party Boat, a lo que accedió. Nos fuímos todos (unas 12 personas) con la lancha auxiliar del Blue Water Rose al Party Boat, yendo John y yo al Sikkim a buscar a la tripu, que estaba durmiendo y no conseguí liar. Cogimos un poco de provisión y hacia el party Boat que tenía todo lo necesario para una buena fiesta. Estuvimos hasta la mañana bailando, bañándonos todos y no dejando dormir a los otros barcos que estaban fondeados…fue brutal.
La historia de Iñaki, Pol, Enric y Roser fue que durante la tarde, fueron a un hotel delante de otra playa, en la que a la hora de irse y mientras miraban la cocina de éste, un turco los invitó a quedarse a cenar ya que hacían barbacoa y como no, se quedaron con el grupito de turcos y argentinos que resultaba estaban grabando la serie de supervivientes en esas islas (por eso no los encontré al ir a tierra a buscarlos).
El día siguiente, seguimos con nuestros paseos conjuntos por las playas del otro lado de la isla y al ir a ver a Joel y Richard en el Blandy’s nos dijeron que esa noche iban a abrir el bar que tenían al lado del supermercado ya que con los de la serie de supervivientes creían que podía tener éxito. Otra vez, liado. Ya empezamos con una cena en tierra, en la que nos reunimos un grupito que luego fuimos al Blandy’s para hacer unas risas seguidas de unos bailoteos. El bar estaba muy animado y cuando ya vimos que empezaba a decaer el ambiente optamos por hacer la última en el Blue Water Rose así que nos marchamos todos incluido Joel, quien dejo a su hermano Richard al frente del bar y se vino con nosotros. Hablamos un poco y nos fuimos a dormir ya que el día siguiente teníamos otro meeting;

comida de despedida en Blandy’s, con la mamá
En este caso, era la madre de Joel i Richard, María, quien nos invitó a comer al Blandy’s deleitándonos con unos buenos camarones al ajillo, ensalada y papas fritas además de una sangría bien fresca. De la mano de Pol e Iñaki vino el “all i oli” y por parte de Enric y Roser, una tortilla de patatas preparada previamente a bordo. Después de hacer sobremesa y ya bien entrada la tarde, nos fuimos a jugar el resto de la tarde a voleibol.

relax despues del partido
Los días pasaron y por fin, después de escuchar la tan típica frase de Pascal al preguntarle por nuestras piezas “mañana, mañana llegan” por fin llegaron, montándolas rápidamente y comprobando que funcionaban, aparentemente, a la perfección. Sin más ataduras pues, podíamos proseguir nuestro viaje así que hicimos combustible a garrafas, compramos algo de comida en el Blandy’s, llenamos los tanques de agua gracias a la potabilizadora del Blue Water Rose y muy a nuestro pesar, nos despedimos de los amigos, marchándonos y yendo a fondear entre Mogo Mogo y Chapera. Una vez fondeados, Enric y Roser de paseo por Mogo Mogo, Pol en el barco ya que le dolía el hombro debido a los saltos acrobáticos durante las partidas de voleibol e Iñaki y el servidor, a pescar 2 peces loro con el fusil, en un arrecife lleno de mantas ralla. Por la noche, fueguecito en la playa y pescado a la brasa.

Pez loro pescado, atrapado, por mi
A la mañana siguiente, destino a Espíritu Santo, otra de las islas recomendadas en las que nada más llegar, Pol, Enric y Roser salieron volando a explorar. Se encontraron con símbolos de vida, al ver en una de las playas un cárter colgando del árbol con una roca unida a un hilo (hacia función de campana), hilo de pesca con anzuelo, los restos de lo que debió ser una cabaña y un palo con dos botellas atadas en un extremo, que le debió servir al Robinson Cruseau de la isla para ir a hacer la recolecta de agua. Vinieron al barco a contarnos lo que se habían encontrado y nos fuimos todos a explorar otra parte de la isla en la que empezamos a adentrarnos por la densa vegetación a base de machetazos y buscando fruta. Al cabo de un buen rato, con numerosas rascadas en nuestro cuerpo y sin haber encontrado nada de fruta, decidimos volver al Sikkim para cenar e irnos a dormir temprano. Durante la noche, nos fuimos despertando ya que notábamos que estaba entrando el viento así que por la mañana, después de esperar a que subiera la marea un poco (estaba super baja y temíamos varar al virar cadena) partimos hacia Galápagos, con rumbo a Malpelo (según Jimmy Cornell y su libro “Rutas de navegación del mundo” conviene dejar Malpelo por estribor debido a las corrientes y viento predominantes no haciendo por tanto, rumbo directo a Galápagos) en lo que fue una travesía sin incidencias, con poco viento por lo general, un solo Wuahoo pescado, pero con lo que llevábamos esperando desde hacia tiempo; el cruce del ecuador.

Vida a bordo
La tarde anterior al cruce decidimos celebrar éste como es debido así que por un lado, empezamos a decorar el barco con globos e dibujos y por lo que refería a la vestimenta personal, debíamos sorprender a los demás al cruzar. Durante las guardias de la noche, cada uno iba preparando su disfraz, aprovechando que los otros dormían. Teníamos planeado despertarnos 20 minutos antes del cruce para prepararnos y subir todos a cubierta disfrazados. Pusimos un waypoint en el ecuador y esa madrugada, estando Enric de guardia, de golpe vio que estábamos cerca de cruzar el ecuador pero que el ETA (hora de llegada al waypoint) le daba para más tarde así que despertó a Pol preguntándole, “Pol Pol, que hago” y con el ipad en la mano; Al cabo de un momento oímos decirle “hemos cruzaado, hemos cruzaaado!” levantándonos todos sin entender muy bien lo que sucedía. Lo que había pasado es que debido al viento y la corriente, el barco había ido derivando, cruzando el ecuador unas millas antes de lo previsto con el waypoint…Pero lo solucionamos rápido; Cambiamos el rumbo para cruzar el ecuador de nuevo, mientras nos disfrazábamos y hacer el tercer cruce una vez listos! Así pues, ya podemos decir que hemos cruzado 3 veces el ecuador.

cruzando el ecuador
Con botella de cava en manos del cura de a bordo, pusimos música a tutti, grabamos el cambio del GPS al pasar de norte a sur, nos hicimos unas fotos y preparé unas fajitas con frijoles que acompañamos con un buen rioja.
Al cabo de dos días, llegaríamos por fin a Galápagos tocándole al Sr. Maruny la descripción de estos días los cuales publicaremos en breve.
Hi Guys,
Just arrived in Malaga, going to Sotogrande tomorrow.
Will print you Blog and read it while having a glass of Red wine.
We do enjoy reading your news.,
Brian is thinking up more questions to ask you, he now has his Yacht Masters Certificate and just want s to take La Sirena Encantada out and follow your route.
Take care and be in touch with you all again soon
Best wishes
Michele and Brian 🙂
Caray, veo que seguis con nuevos incidentes pero que a su vez no se os resiste nada. Al final parece que lo del estómago se solucionó (?).
Confío que la travesía hasta las Galápagos se desarrolle con normalidad.
Un abrazo a todos
Marc, muy buena cronica….veo que lo pasaste realmente mal con tu barriga pero tambien veo que te curaste rapidamente y que no te perdiste ni una fiesta….te vas a quedar tu aburrido en el barco!!! Que se les quite de la cabeza!!
Besos
Fantàstic post!!
Resumeix perfectament un viatge en veler. M’ha encantat.
Seguiu publicant encara que faci mandra Marc. Des de aquí, fa una enveja total!!!
una abraçada!