El arte de ceñir. TRAVESÍA DE FIJI A NUEVA ZELANDA por Iñaki Solano
Hoy os voy a hablar de la maravilla que resulta el arte de ceñir, temas meteorológicos de la zona y nuestra travesía al país de los kiwis. Para los no enteradillos en la materia y en pocas palabras, el hecho de navegar en ceñida, es navegar en contra del viento y el mar. Si dividimos el barco en dos y tenemos un plano de 180 grados de proa a popa del barco, dependiendo por donde se reciba el viento se llama de una forma u otra. Contando que proa es ángulo 0 y popa 180, se considera ceñida cuando navegas recibiendo el viento entre los grados 0 y 60 aproximadamente. Entre 60 y 120 se puede llamar navegar de través y entre el 120 y el 180 de empopada. Los más puristas me podrían corregir en estas líneas al existir también el descuartelar, el largo, etc pero es una breve explicación a grandes rasgo para que los no navegantes no se pierdan leyendo estas lineas. Navegar en ceñida evidentemente, te impide avanzar directamente en la dirección del viento, es por eso que para llegar a un punto situado justo donde viene el viento, debes hacer una especie de zig-zag cambiando las velas de un lado a otro para ir ganando terreno al viento, hecho conocido como el de hacer bordos.
De uno de los muchos libros de navegación que han pasados por mis manos estos últimos años, recupero unas palabras de uno de ellos, que considero oportunas citar en este escrito y con las cuales me siento identificado.
“De la ceñida a la empopada siempre que ésta se prestara…. Yo también nací en el Mediterráneo… Donde el viento siempre sopla de proa. Toda mi juventud la pasé ciñendo, bordo aquí, bordo allá; para salir del puerto, para llegar a la baliza de barlovento, para regresar al Club de Regatas, para ir a las Baleares, para volver de Tabarca.. Hasta que todavía de chaval, participé en mi primera regata oceánica. Aquello era extraordinario, casi rozando lo prohibido. Lanzados a favor del viento y mar, sin escoras, sin olas que mojan, mecidos con suavidad, veloces… Un día y otro y otro. Este libro va dedicado a los vientos que te impulsan, a las olas que te empujan, a las corrientes que te transportan… hasta las solitarias playas donde reina el cocotero.”
Cuando nuestra feliz vida de navegantes discurría por los trópicos, ecuador y zonas de interconvengencia tropical, donde reinan los vientos alisios que te empujan siempre a favor, las temperaturas calurosas y la buena vida en general, de repente se nos ocurre alterar nuestra cómoda vida, para dirigirnos a latitudes más frías y fuera de la influencia de los vientos predominantes, se nos ocurre ir a Nueva Zelanda. Los motivos de esta decisión ya se explicaron en anteriores post. Ver post LOS MOTIVOS DEL FIJI – NUEVA ZELANDA
La travesía desde los trópicos al país Kiwi, es conocida como una de las más delicadas navegaciones oceánicas, el hecho es el siguiente: normalmente cuando se navega desde los trópicos a Nueva Zelanda, se parte de países como Tonga, Fiji o Nueva Caledonia. Independientemente del punto de partida, todas estas travesías rondan las 1.000 millas náuticas (unos 1.800 km), que para un barco como el nuestro rondan los 9-10 días de navegación, casi comparable a cruzar todo el Mediterráneo de punta a punta. También implica navegar en una zona fuera de la influencia de los vientos alisios y donde la meteorología vuelve a ser una constante muy variable.
Para más inri, en ésta época del año (final de invierno en el hemisferio sur) la probabilidad de formación de grandes borrascas en el norte de Nueva Zelanda es alta. El caso sucede de la siguiente manera: las zonas donde las grandes borrascas campan a sus anchas y son sucesivas cada 4-5 días es en la zona comprendida entre los paralelos 40, 50 y 60 S (sur de a Australia y Nueva Zelanda hasta Cabo de Hornos, Buena Esperanza..) camino ya de la Antártida. Estas borrascas de vientos de hasta 50-60 nudos, navegan sin ningún tipo de obstáculo de oeste a este dando vueltas al continente blanco. Sucede que algunas de estas borrascas se descontrola, se desvía y sube por el mar de Tasmania, entre Australia y NZ pasando por la isla norte y desapareciendo de nuevo en la inmensidad del océano. Estas suceden cada 5-8 días y siempre por latitudes superiores a 30 S.
Con todo esto, cabe esperar que en la travesía de 9-10 días puedas encontrarte una simpática borrasca la cual se forma cada 5-8 días. Para intentar evitarlo se tiene que estudiar detenidamente la situación antes de la partida y esperar a lo conocido como una buena ventana meteorológica, la cual te permita salir del punto de partida con viento suficiente para intentar pasar por detrás de una borrasca que este pasando en ese momento por el norte de NZ y a la vez no retrasarte mucho y cruzar la zona antes que se forme la siguiente borrasca. En el punto de partida, en el ambientillo de barcos esperando salir el tema de conversación es el mismo. Existen las opiniones de todo tipo: esta ventana es buena, uiii esta no porque mucho motor, uii la otra porque vienen dos borrascas muy seguidas, etc etc.. Nosotros, como grandes principiantes en la zona, nos apoyamos en nuestro meteorólogo de cabecera, Luis Roig, que ha estado siempre a nuestro lado desde la salida de Barcelona así como del especialista en la zona y gurú kiwi de la meteorología, Bob McDavitt.
Todo apuntaba a que una buena fecha de salida podía ser el viernes día 1 de noviembre, sábado 2 y domingo 3. Se estaba formando una curiosa borrasca en el mar de Tasmania que se esperaba que cruzase el norte de NZ sobre el día 5-6 de noviembre y detrás de ella se formaba un anticiclón de dimensiones desorbitadas. Nos iba perfecto porque esto nos permitía llegar a NZ antes del día 13 cuando llegaba la madre y tia de Pol y donde nos encontrábamos de nuevo con mi padre después de la escala en Australia. Tanto Luis como Bob nos indicaron, chicos tenéis que salir con esta ventana. La idea era salir con vientos suaves desde Fiji para acercarse a 30S y pasar justo detrás de la borrasca mientras se iba asentando el anticiclón.
El viernes 1 de noviembre realizamos todas las formalidades de salida del país y por la tarde ya no éramos legales en Fiji y nos invitaron a abandonar la marina de Vuda Point. Aún quedaban cuatro cosillas por preparar antes de la travesía así que navegamos 16 millas al sur de la isla de Viti Levu para fondearnos a pasar la noche en Momi Bay y salir a primera hora del sábado. El fondeo era perfecto, acabamos las cosillas por preparar, abrimos un poco de queso, jamón de jabugo y una botella de vino y despedimos Fiji como se merecía. Al día siguiente, madrugón, baño matutino a quitar las algas del casco para ir más rápido y rumbo a Nueva Zelanda.
Bob, nos había enviado un mail detallado con la previsión para los próximos días así como un plan de ruta con waypoints aproximados que debíamos seguir. Pronto pudimos ver que la ruta recomendada no era una ruta directa y la cual se desviaba ligeramente de la clásica ruta. Eso quería decir que encontraríamos poco viento y este sería de cara. Poco a poco y a motor salimos del interior del arrecife por el paso principal y de nuevo el Sikkim se encontraba en mar abierto, en pleno océano.
Iniciamos la navegación a motor dado la falta de viento y empezamos a ganar sur. Al día siguiente el viento se establece en 13-15 nudos del S- SSE, hecho que no nos permitía navegar directos y nos obligaba a navegar a un SW. El mar está en calma y el barco navega cómodo a todo trapo y de ceñida a unos 4,5-5 nudos de velocidad. Los dos días siguientes sucedieron de igual forma, rumbo SW incrementamdo el viento a 15-18 nudos y consecuentemente la ola. El tercer día de navegación de repente oímos una llamada de un barco en la Vhf. Inmediatamente contestamos, resulta ser un barco francés de nombre Joshua y que nos está alcanzando por la popa. Salimos a cubierta y efectivamente allí se veía la vela en el horizonte, al parecer ellos estaban más atentos a la guardia porque hasta la llamada no los habíamos visto. Charlamos un buen rato en perfecto español, ellos habían salido también de Fiji y van a Opua así como llevan 5 años navegando desde que salieron de Francia. Intercambiamos diferente información meteorológica así como quedamos en llamarnos más tarde para actualizar dicha información por su parte por la radio de largo alcance que nosotros no disponemos. Al día siguiente su vela desapareció en el horizonte, ya nos veremos en Opua.
Era día 5 de noviembre y se cumplía un año de nuestra salida del puerto de Premià de Mar, dejando por la popa mucha agua, gente, países, experiencias, etc. A continuación un pequeño resumen en números de este maravilloso año: 13.678 millas recorridas, 64 paralelos, 189 meridianos y 18 países visitados…. Casi nada.
Los dos días siguientes discurren de igual forma, sin poder hacer rumbo directo y navegando a un SW incrementando el viento hasta unos 20 nudos y esperando un cambio en el viento para poder poner proa directa a Opua. A diario actualizamos posición vía sms a Luis y a Bob quienes nos actualizan la meteo y nos aconsejan al respecto. El quinto día de navegación Bob nos envía sms con actualización y nos indica que viremos y cambiemos rumbo para dirigirnos a posición 35.01’45S 176.44’13E situado a unas 180 millas al ENE de nuestro destino y que nos hacia recorrer unas 200 millas más de lo previsto. Asombrados ante está indicación decidimos virar y poner rumbo SE para llegar al waypoint indicado pensando que tito Bob tiene más información y estará en lo correcto. Tras este bordo seguimos con el viento de proa y sin poder hacer rumbo directo, una delicia. Por lo menos el viento no se atreve a subir más de 20 nudos……aunque la ola es bastante incomoda. Es el séptimo día con el viento de proa y aunque sea suave el barco no deja de dar fuertes golpes y complicando las labores de a bordo debido a la fuerte escora. Todo se complica, cocinar, ir al baño, salir a cubierta, etc. Bob nos ha prometido un cambio de viento para dentro de dos días que nos permitirá virar y poner rumbo directo por lo que nos armamos de paciencia y confiamos en que llegase pronto.
El décimo día, el viento rola ligeramente al sur pero no lo suficiente y prometido por Bob, alejándonos cada vez más de Nueva Zelanda. Estamos aún a unas 150 millas (para que os hagáis una idea de la dimensión de las distancias, equivale a un Barcelona-Menorca) del Waypoint y nos empezamos a plantear la opción de virar. Entre que nos acabamos de decidir nos había pasado medio día y a unas 75 millas del waypoint decidimos desobedecer a Bob y virar antes de tiempo. El rumbo sigue sin ser directo pero nos acerca más a NZ en comparación al anterior bordo y sabiendo que el viento a de rolar al SE-E consideramos que es la mejor opción. Así es, según nos había avanzado el bueno de Bob y Luís, el viento empieza a rolar pudiendo marcar Opua justo en la proa. El viento cada vez rola más, llegando a soplar del E,lo que nos permite después de 11 días soltar las escotas y hacer que el barco corra de lo lindo, parece que el Sikkim este feliz porque ya no da golpes que nos despiertan por las noche, no embarcamos agua por cubierta y sabe que Nueva Zelanda esta cerquita.
Es la mañana del onceavo día y ya quedan pocas millas para llegar, hacemos cálculos y nos da la ETA ( hora estimada de llegada) a las 3 de la madrugada…. Vaya hombre, después de ceñir 11 días no vamos a disfrutar de la llegada con luz de día. A mediodía una vela aparece por nuestra popa y les llamamos por radio. Son una pareja americana que vienen de Tonga y también van a Opua. Se hace de noche y aún no vemos tierra pero pronto se ven los destellos del faro de cabo Brett, ya estamos cerca!!.
Poco a poco la luz del faro se va acercando y se puede intuir la costa donde escasean las luces. Vamos entrando en la gran bahía conocida como Bay of Islands siguiendo las indicaciones que nos da la carta electrónica del ordenador y iphone. Pronto se ven las luces rojas y verdes del canal de entrada las cuales seguimos religiosamente hasta la entrada de la marina. Durante nuestra entrada en la bahía nos vienen a recibir un grupo de delfines quienes nos acompañan durante un buen rato. Como marcan las normativas del país llamamos a aduanas informando de nuestra llegada sin obtener una clara respuesta.
Con una emoción contenida, entramos en la marina y nos amarramos al muelle de cuarentena para los barcos recién llegados y donde ya descansan unos 10 barcos más. Amarramos, apagamos el motor y bajamos al pequeño muelle aislado para estirar las piernas, YA ESTAMOS EN NUEVA ZELANDA!! Son las 3 de la madrugada, todo esta tranquilo y tanto en la marina como en el fondeo de fuera se pueden ver centenares de barcos de todo tipo. Informamos a familiares y amigos de nuestra llegada y a la cama directos con la satisfacción de estar ya en puerto después de 11 días en el agua.
A la mañana siguiente y aún desde la cama, a las 8 de la mañana pican en el casco del barco acompañado de un GOOD MOORNING!!. Aún aturdidos y sin saber muy bien si aún estamos navegando o no, salimos a cubierta y el oficial de bio seguridad ya estaba subiendo a bordo desbordando energía. Con un acento endiablado nos explica el procedimiento a seguir y pide nuestra colaboración en la inspección del barco. En NZ está prohibida la entrada de productos frescos extranjero así que puso una gran bolsa de plástico en el centro y allí fuimos depositando todo lo fresco. Con una sonrisa de oreja a oreja cogió toda la basura generada en la travesía y se despidió anunciando que en pocos minutos vendría la de aduanas para firmar la entrada del barco y sellar los pasaportes. Dicho y hecho, a los pocos minutos teníamos la oficial de aduanas a bordo rellenando papeles y sellando los Pasaporte. WELCOME TO NEW ZEALAND…. Aquí tenéis el justificante de barco en tránsito que os libra de pagar impuestos en todo lo que compréis para el barco durante el primer año…. So enjoy NZ and spend a lot of money, dice la amiga….. Ok ok bye bye maja.
En menos de una hora teníamos formalizada la entrada en el país y recibimos la visita de la representante de la marina de Opua quien nos preguntó si precisábamos de algún amarre y nos regalo una bolsita monisima con toda la información de Opua y una Botellita de Ron caribeño de obsequio. Agradecidos, soltamos amarras y abandonamos la marina para irnos a fondear al pueblo de Pahia donde a tiro de piedra estaba el supermercado, el cajero, la lavandería, cerveza fresca y todos los servicios que precisa un navegante después de una dura ceñida. Debíamos aprovisionarnos porque por la noche habíamos quedado a cenar con nuestros amigos italianos del Zoomax que no veíamos desde las Tuamotu en julio y ya nos esperaban con muchas ganas en el pueblo vecino de Russell.
En pocos minutos ya habíamos olvidado la travesía y ya estábamos disfrutando del nuevo país. A modo de resumen y valoración general a sido una buena travesía porque dentro de lo que cabe hemos tenido buen tiempo donde el viento nunca ha subido más de 22 nudos y no hemos pillado ninguna de las famosas borrascas de la zona. Por contra, SIEMPRE hemos tenido el viento de proa, obligándonos a realizar la ceñida más larga de nuestras vidas con 3 largos bordos para llegar hasta Nueva Zelanda. Quien me diga que la ceñida es bonita le animo a hacer esta travesía donde hemos ceñido 11 duros días…. La ceñida es bonita pero solo para la regata de los domingo, donde haya unos vientos portantes que se quite todo lo demás… Volviendo a la cita anterior: DE LA CEÑIDA A LA EMPOPADA SIEMPRE QUE ESTA SE PRESTARA…
Salud y felicidad.
Iñaki
Espectacular! Disfruteu de NZ!
Gracies Jordi. Una abraçada
Muy interesante. Gran relato para los que tenemos aún mucho que aprender. Seguid disfrutando!
Que listo es mi niño y su amigo!!!!
Me encantan vuestras cronicas y ver lo que disfrutais. Besos fuertes desde las antipodas!
Hola pareja!!
Buena crónica de lo que es una “ceñidita”, tototito!!
Os pensabais que todo iba a ser tan bonito? Con la de Almería, la navegada más jodía, no? Pero …………………todo pasa y todo queda, se hace camino al andar……. Y el Sikkim se sigue portando como un campeón.
Ahora a currar un poquito, pa luego seguir haciendo camino.
Seguid disfrutándolo “capullus”!! Besazos a ambos dos!!
Caray Iñaqui, menuda disertación. La ceñida no es bonita pero es el único recurso a veces para seguir avanzando aunque muy lentamente a veces cuando tienes que hacerlo dando bordos.
Enhorabuena y disfrutar de los kiwis