PARQUE NACIONAL DE LAS GALÁPAGOS por Pol Maruny
1. LLEGADA A LAS ENCANTADAS
Tal y como habréis podido observar, una de las últimas decisiones de abordo ha sido la de autoimponerse la redacción de una crónica, por parte de cada uno de nosotros, cada vez que visitemos un lugar nuevo… ha llegado mi turno, hoy escribiré sobre Las Galápagos, no pretendo realizar una guía para un posible turista o curioso, pues considero que existen fuentes mucho más fiables, así que intentaré relatar, lo mejor posible, lo que ha sido nuestra estancia en este maravilloso archipiélago y lo que ha significado para nosotros. No obstante, se citará algún que otro detalle que podrá ser de utilidad para un futuro visitante.
Tras 8 días de travesía desde Las Perlas (Panamá), habíamos tenido tiempo suficiente para afirmar que la reparación del timón era plenamente satisfactoria y el SIKKIM lo estaba agradeciendo, pues ahora el barco no orza tanto como antes, navegando así más estable y haciendo trabajar mucho menos al piloto automático, de manera que el consumo de baterías ha disminuido considerablemente… todos hemos salido ganando.
A lo que iba… después de haber recorrido unas 880 millas con vientos irregulares en intensidad y dirección, me hallaba en la cubierta de nuestra querida morada flotante, eran las 02:15 de la madruga del pasado 04 de abril, la noche era clara pero distinta a todas las anteriores, pues las estrellas no llegaban hasta el horizonte, en su lugar, una gran masa negra y con alguna luz aislada nos indicaba que estábamos llegando a la Isla de Santa Cruz, corroborando una vez más que la cartografía sigue siendo precisa, que el GPS funciona y que nosotros no lo estamos haciendo tan mal. Al acabar la guardia, nervioso, me dispuse a dormir un poco para aprovechar al máximo nuestro primer día terrícola… a las 06:00 desperté de nuevo, el resto de la tribu estaba fuera, expectantes y asombrados, el espectáculo era maravilloso, la gran masa oscura ahora era verde, repleta de una vegetación exuberante y desprendía un intenso olor a musgo, olor a bosque; de fondo sonaba la banda sonora de “Master & Commander”… todo ello acompañado de una baja neblina que nos ayudaba a comprender el porqué del nombre que recibieron estas islas en el pasado, “Las Encantadas”.

llegada a galapagos
Seguíamos con la proa hacia nuestro destino, Puerto Ayora, a medida que íbamos entrando en la bahía, podíamos observar que los veleros fondeados estaban usando 2 anclas, una en proa y otra en popa, así que hicimos lo mismo (allí donde fueras, haz lo que vieras). Otra de las cosas que nos llamó la atención fue que la gente no utilizaba su propio dinghy, dejándolo a bordo y “beneficiándose” del servicio de “taxi acuático”, el cual tiene un precio de 0.60$ por persona y viaje hasta las 19:00, hora a partir de la cual los honorarios se ven incrementados a 1$… nosotros, haciendo honor a nuestros orígenes y recordando que “la pela es la pela”, pusimos nuestra neumática a flote y nos dirigimos al muelle.
Lo primero que nos sorprendió al amarrar el dinghy a la cornamusa es que un león marino estaba observando nuestra maniobra y estudiando nuestros movimientos, por la expresión de su cara vimos que no precisaba de nuestra atención y que su ayuda nos serviría de poco… pero de repente hizo su aparición estelar el Suboficial Arreaga de la Armada Ecuatoriana, quien haciendo uso de sus mejores galas fue nuestro primer anfitrión. Tras una agradable conversación de bienvenida en la que se nos informó de todos los trámites que deberíamos realizar para formalizar nuestra entrada en el país, nos comentó que el uso de agente era obligado y que él nos haría el gran favor de poner a nuestra disposición uno de “confianza”… y cuando le comentamos que primeramente nos gustaría disfrutar de un buen desayuno, no tardó en señalarnos con el dedo “el mejor lugar de todos”… así da gusto llegar a los sitios.

leon marino
Mientras engullíamos buenamente lo que podíamos, Irene, la agente, casualmente estaba desayunando en el mismo sitio, así que al terminar con lo suyo, esperó sin ejercer presión en uno de los bancos situados enfrente del bar. Ya con la barriga llena y viendo la vida de otra manera, empezamos con las diligencias del día, las cuales fueron reducidas al desembolso de 150$ para cubrir los gastos de la agencia, pues nuestra nueva amiga se encargó de todo (los trámites y sus respectivos costes serán detallados más adelante), de todos modos, tuvimos que volver a bordo con el fin de que el SIKKIM pasara su propia inspección de entrada. Numerosas personalidades abordaron e invadieron nuestro hogar. Después de desinsectar el barco, confiscar 3 naranjas endémicas de abordo y reclamar 70$ extra, el Suboficial Arreaga, Irene y su séquito regresaron a su base, otorgándonos un permiso de estancia en el Parque Nacional de Las Galápagos de 20 días.
Aprovechamos lo que nos quedaba de jornada buscando un Centro de Buceo para tramitar futuras inmersiones y visitando la “Fundación Charles Darwin”, donde nuestra inocencia fue perturbada al ser testigos del acto de apareamiento de dos tortugas enormes, viéndonos obligados a terminar el día con unas “PILSENER” bien fresquitas que nos ayudaron superar el mal rato. Esa noche, al regresar al barco, pudimos apreciar la fragancia que desprendían nuestras sábanas, toallas y demás ropas que parecían oler perfectamente durante los últimos días, así que por decisión unánime, a la mañana siguiente visitaríamos la lavandería más cercana.
El permiso que nos fue concedido prohibía mover el barco del fondeadero de Puerto Ayora, de manera que las visitas a las otras islas deberían realizarse haciendo uso de ferris, además, eso implicaba la pernoctación en algún hostal. A sabiendas de todo esto y habiéndonos informado de los mejores sitios para visitar y las excursiones a realizar en cada lugar, procedimos a la planificación de los siguientes días. Decidimos que, durante nuestra estancia en el archipiélago, visitaríamos las islas de Santa Cruz, San Cristóbal e Isabela y haríamos todo lo que el tiempo y el dinero nos permitiese.
2. PRIMEROS DÍAS EN SANTA CRUZ (jueves 04/04/13 – miércoles 10/04/13)
Durante la primera semana en Santa Cruz los días no podían dar más de sí, pues queríamos verlo, visitarlo y hacerlo todo; estábamos ansiosos y excitados, al principio no sabíamos por donde empezar, así que poco a poco, fuimos organizando y dando orden de prioridad a las excursiones que queríamos realizar, era la única manera de poder disfrutar realmente del lugar, pues en mi caso, cuando llegaba a un sitio, ya quería estar en el siguiente y así sucesivamente, de manera que la planificación me dejó bastante tranquilo.
El primer sitio al que fuimos fue “Las Grietas”, un rincón verdaderamente bello, tal y como su nombre indica, se trata de una enorme grieta llena de una mezcla de agua procedente del mar y de la lluvia. Muchos locales aprovechan el fin de semana para ir a nadar, saltar desde sus altas rocas o simplemente tomar el sol. De camino hacia dicho lugar se pasa por la “Playa de Angermeyer”, donde los surfistas aprovechan la marea alta para darse un chapuzón. Habiendo visto lo anterior y la cara de Enric, sabía perfectamente que no podíamos tardar en darnos nuestro primer baño con olas galapeñas.

las grietas
Por la tarde, cargamos las tablas en el dinghy y el bueno de Iñaki nos acercó a uno de los spots (ya usamos el argot apropiado) conocidos de la zona. Enric fue el primero en saltar al agua, desde la neumática no podíamos creer lo que estábamos viendo, 2 aletas en la superficie indicaban que algún animal se hallaba debajo de ellas… yo, expectante y aún a bordo, no podía dar crédito de la situación, Enric, nadando como nunca, se dirigía hacia nosotros, sus ojos sobresalían varios centímetros de su pálida cara… tras unos segundos de confusión, pudimos confirmar que se trataba de una enorme manta raya, por lo que no había peligro. Después de reírnos un rato y habiendo comprobado que la zona estaba libre de escuálidos, me lancé al mar, cuando giré la cabeza, Iñaki ya no estaba.
Durante la siguiente hora y media, no pudimos evitar imaginarnos la imagen subacuática de nuestras piernecitas moviéndose y de algún que otro depredador mirándolas caprichosamente. Más adelante, nos contaron que un tiburón tigre andaba por la zona y que se habían dado 2 ataques a personas, el último de ellos 3 semanas antes de nuestro apetecible bañito.
Al día siguiente por la mañana, negociamos con un taxista de Puerto Ayora una excursión a varios de los sitios recomendados. Abordamos los 5 su ranchera y empezamos el recorrido, la duración del cual sería de unas 3 horas.
La primera de las paradas fue en “Los Gemelos”, como desconozco sus orígenes y particularidades, resumiré diciendo que se trata de 2 agujeros enormes, formando una circunferencia de gran radio y unos acantilados altísimos, todo ello repleto de una gran cantidad de vegetación… no nos hubiese sorprendido ver a King Kong jugando con Gozilla en su interior. Tras las fotografías de rigor, embarcamos de nuevo en la ranchera y nos desplazamos hacia la “Las Primicias”, finca donde tienen varios ejemplares de tortugas gigantes correteando libremente. Un guía nos acompañó durante el recorrido, de unos 15 minutos aproximadamente, y nos explicó alguna que otra curiosidad sobre estos prehistóricos animales que, casualmente, más tarde fueron completamente contradichas por otros guías. Finalmente visitamos uno de los muchos túneles de lava de Santa Cruz, dando por culminada nuestra jornada excursionista.

los gemelos

foto de grupo

las primicias
De nuevo en Puerto Ayora, mientras caminábamos hacia el muelle, conocimos a Quicu y Roser, gent de la terra que largaron amarras hace casi 3 años, el ritmo de su viaje es algo más ralentizado que el nuestro. El vacío de nuestros estómagos no nos permitió prolongar demasiado la conversación, así que acordamos vernos en el SOCARRAO, su velero, más tarde.
Después de una buena digestión, tal y como habíamos prometido, nos acercamos al velero de nuestros paisanos, donde compartimos vivencias, experiencias y algún que otro trago de caña manabita. Quicu y Roser nos explicaron que habían tramitado un permiso de estadía en Galápagos distinto al nuestro y que podían visitar también las islas de San Cristóbal e Isabela, además estaban autorizados a permanecer en el Parque Nacional un período máximo de 2 meses. Tenían el barco lleno de provisiones y listo para zarpar, pues al día siguiente iniciaban su travesía hacia Polinesia, pero a diferencia que nosotros, con destino a Gambier. Sin querer darme cuenta, noté como la caña iba produciendo sus efectos en mi organismo y al fijarme en la cara de mis compañeros puede deducir que a ellos también les estaba sucediendo algo parecido.
Más tarde, Quicu nos propuso ir al Bouganville, bar que no tardó en ser nuestra segunda residencia de Santa Cruz… en dicho establecimiento estaba trabajando Zafiro, chica israelí que buscaba barco con el que ir a Marquesas, viendo que se trataba de una buena oportunidad para compartir gastos, no dudamos en acercarnos al lugar. Esa misma noche acabamos conociendo el “Bongo” y la “Panga”, los únicos locales nocturnos de Puerto Ayora… cansados y confusos nos fuimos a la cama, había sido un largo día.
Habiendo dormido lo suficiente y tras un buen desayuno, decidimos ir a pasar el día a la playa, así que preparamos los tuperwares, llenamos las mochilas y cogimos las tablas de surf, estábamos completamente listos para dominguerear.
Después de andar algo más de 2,5 quilómetros llegamos a nuestro destino, “Tortuga Bay”, enorme playa de arena blanca y agua cristalina… asentamos nuestro campamento base y nos dispusimos a disfrutar del día lo mejor que supimos. Cuando cayó el sol, anduvimos hasta “Playa Mansa”, donde el mar está mucho más tranquilo, hay algo más de sombra y las iguanas son las reinas del lugar.

tortuga bay
A lo largo de los siguientes días, fuimos cambiando el modo de vida, nuestra principal preferencia ya no era visitar más lugares, sino hacer vida “normal”, es decir, establecer una rutina más bien terrícola, en la que cada día intentábamos conectarnos un rato a internet, tomar algún café, pasear… en definitiva, hacer cualquiera de las cosas que nos son imposibles durante las travesías. La única actividad invariable era la “happy hour” en el Bouganville, cada día a las 19:00.
Habíamos conocido a Zafiro, a Camila, galapeña de 24 años propietaria del bar, y a Marina, veterinaria catalana especializada en tortugas marinas, que estaba trabajando para la Fundación Charles Darwin. Resultaba muy agradable terminar cada día juntos y explicarnos la jornada.
Conscientes del lugar en el que nos encontrábamos, nos sentíamos obligados a realizar alguna que otra inmersión. Como alguno de nosotros llevaba tiempo sin bucear, decidimos hacer las dos primeras en Seymour, sitio que nos recomendaron por su facilidad.
El martes, tras despertarnos a las 06:00 de la mañana, recorrer toda la isla en coche y navegar en lancha 15 minutos, llegó el momento. Entre nosotros se notaba cierto nerviosismo, todo acompañado por las típicas risitas y coñitas acerca de los tiburones… después de un breve briefing, saltamos al agua y deshinchamos los jackets, la visibilidad dejaba mucho que desear, pero eso dejó de importarnos al ver el primero de los tiburones, se trataba de un punta blanca, especie inofensiva para el hombre. Miraba alrededor y podía apreciar como cada uno de nosotros estaba disfrutando a lo grande… sin darnos cuenta, habían pasado casi 50 minutos, habíamos visto más ejemplares de los ya mencionados, mantas raya, tortugas, leones marinos, nudibranquios, morenas… un sinfín de animales actuando de tal manera que parecía que nuestra presencia no les importaba en absoluto, no parecían sentirse nada intimidados.

chan chan chan
De nuevo en la lancha, nos sirvieron un generoso tentempié a base de sándwiches, fruta y zumo… todo ello nos ayudó a recuperar fuerzas y a prepararnos para la segunda inmersión del día, la cual resultó ser igual de satisfactoria que la anterior.
Esa tarde, como de costumbre, habíamos quedado con nuestras amigas en el Bouganville. Después de un rato sacándole jugo a la “happy hour”, se acercaron a nuestra mesa un grupo compuesto por varios chicos y chicas, se presentaron y nos preguntaron si podían sentarse con nosotros. Decían ser noruegos, rápidamente pude deducir que el sistema educativo de su país debe tener algún que otro fallo grave, pues su modo de hablar inglés no se parece en nada al nuestro… nos explicaron que también están navegando, a bordo del BLUE MARBLE, catamarán que compraron en Sint Maarten (islas de barlovento del Caribe) y su plan es llegar a Australia a finales de año. Están realizando la misma aventura que vivieron sus padres 25 años atrás, inmediatamente pudimos apreciar el entusiasmo con el que están llevando a cabo su sueño, su optimismo y su positivismo acerca de lo que están viviendo. Como no podía ser de otra manera, rapidísimamente encajamos a la perfección y dio comienzo el principio de lo que esperamos que sea una larga y fructífera una amistad, pues en algún que otro momento de un futuro no muy lejano, navegaremos paralelos. Se puede conocer su historia en www.bluemarble.no.
Habíamos comprado unos tickets para ir en ferri a San Cristóbal al día siguiente, pronto por la mañana, así que después de una inmejorable primera toma de contacto, nos despedimos de nuestros amigos nórdicos y procedimos hacia nuestras respectivas camas.
De todos modos, no tardaríamos en volver a vernos, pues el día anterior habíamos conocido a Polo Navarro, el padre de Camila, y a Jackie, su pareja, quienes nos invitaron a visitar su rancho el siguiente fin de semana. Rápidamente nos ofrecimos a encargarnos de la comida y, consecuentemente, de la bebida… el plan prometía, nos juntaríamos nosotros cinco, Marina, Camila y los anfitriones.
3. VISITA A SAN CRISTÓBAL (miércoles 10/04/13 – viernes 12/04/13)
Enric y Roser, por motivos seguramente relacionados con el fuego de la pasión, llevaban unos días habían hospedados en el hostal Gardner, sitio donde podrían hablar con más tranquilidad acerca de la belleza de las Galápagos, así que habíamos acordado reunirnos en el muelle a las 07:00, donde embarcaríamos en el ferri que nos llevaría a San Cristóbal.
El ferri resulto ser una embarcación de fibra de unos 8 metros de eslora con 2 motores de 200 caballos cada uno, así que después de 2 horas y media dando tumbos a una velocidad de 30 nudos, llegamos a Puerto Baquerizo Moreno.
Tal y como muchos de nuestros amigos saben, “Hoalen Spain” es una de las marcas que colaboran desde el principio con nuestro proyecto. El caso es que Isabela Beliz Vazquez, surfista embajadora de la marca, es originaria de San Cristóbal y nos recomendaron visitar el Hostal Casablanca, propiedad de su madre. Allí podríamos conocer a Isabela, a su familia y, a la vez, alojarnos.

casa blanca
Tan sólo poner el primer pié en tierra, vimos enfrente de nosotros el lugar que buscábamos, de modo que nos dirigimos directamente hacia él. Al llegar, nos recibió una amiga de la familia encargada del negocio, rápidamente nos puso al día explicándonos que Isabela se encontraba surfeando en Patagonia y, evidentemente, no podríamos conocerla… seguidamente nos informó de que su madre tampoco estaba, nos dijo “Jackie se halla pasando unos días en Santa Cruz, si quieren pueden pasar a conocerla por el Bouganville”, sorprendidos, preguntamos si se trataba de la pareja de Polo Navarro, efectivamente, lo era. Tras ser testigos, una vez más, de las casualidades de la vida y de los caprichos del destino, nos comunicaron que lamentablemente para nosotros, el hostal estaba completo y nos recomendaron otro lugar, “La Guayaba”.

la guayaba
Sin haber conocido a Isabela, sin haber coincidido con Jackie y sin habernos podido hospedar en la Casablanca, caminamos hacia el sitio indicado. Al llegar, vimos que se trataba de una preciosa casita rodeada por un jardín repleto de flores, plataneros y demás vegetación… sin más dilación entramos en ella y nos encontramos con Fede, hijo de la propietaria y su amigo Japa. El interior de la casa era aún mejor que lo que habíamos visto, disponía de 4 habitaciones dobles, de un amplio salón comunicado con una luminosa cocina y de un gran baño… todo ello en harmonía, elaborado con materiales reciclados, con muy buen gusto… el lugar transmitía muy buenas vibraciones, además, seríamos los únicos inquilinos, así que sin pensarlo demasiado, hicimos de “La Guayaba” nuestro hogar en San Cristóbal.
Alguno de nosotros llevábamos prácticamente medio año sin dormir en tierra firme, esa noche descansaríamos en una cama sin balance, sería la primera vez, desde el inicio del viaje, que estaríamos tantas horas fuera de nuestro querido SIKKIM.
Eran aún las 10:00 de la mañana, disponíamos de 2 días para conocer la isla, así que no queríamos perder el tiempo. Tras dejar los bártulos en nuestras respectivas habitaciones, iniciamos una caminata hacia el “Centro de Interpretación Charles Darwin”, en mi opinión, se trata de la mejor instalación para conocer la historia de Galápagos y sus infinitas curiosidades, pues existen numerosos paneles con explicaciones acompañadas de fotografías e imágenes, todo perfectamente organizado. Se requiere algo más de una hora para verlo y leerlo todo, pero merece la pena, además, es completamente gratuito.
Habiendo ampliado nuestros conocimientos, proseguimos hacia “Tijeretas”.
Después de un buen rato andando y trepando escaleras bajo un sol abrasador, llegamos a un mirador impresionante desde el que se tienen unas maravillosas vistas de la parte suroeste de la isla. Finalizamos la excursión matutina en Punta Carola, donde nos dimos un refrescante chapuzón entre tortugas y leones marinos, los cuales pueden ponerse celosos en función del sitio que hayas escogido para tomar el sol… Roser tuvo que recolocar su toalla por orden de uno de ellos.
Al igual que en Santa Cruz, acordamos un recorrido por la isla con un taxista. A las 14:30 habíamos abordado el “carro” de Carlitos y nos dirigíamos a la primera de las paradas, El Junco.
Tras media hora, llegamos a la base de una montaña, el resto del camino lo hicimos andando. En su cima se halla El Junco, se trata de la caldera de un antiguo volcán llena de agua de lluvia, el lago más grande Galápagos. Después de rodearlo, nos reencontramos con Carlitos y proseguimos hacia la siguiente parada, La Galapaguera.

el junco
La Galapaguera, es otro de los centros de crianza de tortugas gigantes que hay en el archipiélago. Aunque es donde vimos menos ejemplares de gran tamaño, en mi opinión, es el centro que aparenta ser más cuidado y “bien hecho” de todos. Habiendo pasado un agradable rato, Carlitos nos acercó hasta Puerto Chino.
La Playa de Puerto Chino es probablemente una de las más bellas, según mi punto de vista, de las que visitamos, allí nos encontramos a un padre de familia con sus 2 hijos que, tras solicitar los permisos pertinentes, se preparaban para acampar y pasar una privilegiada noche…
La última de las paradas, y no por ello la menos interesante, fue en La Casa del Árbol, se trata de una cabaña construida en el copa de un ceibo, según dicen el más grande del mundo. En la base del enorme árbol, existe una cavidad por la que se puede acceder, bajar unas escaleras y llegar al sótano, es inverosímil.
De dicho árbol cuelgan columpios, lianas, puentes y demás distracciones para pasar el día. Sólo disponen de 2 camas y si están libres, se puede pasar una noche entre las ramas a lo Peter Pan.

casa arbol
Cuando dábamos por culminada la excursión, nos vimos traicionados por la ranchera de Carlitos, una de las ruedas delanteras se había pinchado. Tras una breve espera, otro carro nos recogió a todos y nos llevo hacia nuestra morada, donde experimenté la mejor ducha de todo el viaje… no recordaba el placer de permanecer un buen rato bajo el agua caliente… al salir de ella me percaté que teníamos un nuevo compañero, era Carlo André, con quien compartimos la casa durante nuestra estancia y entablamos amistad. Esa noche cenamos una buena tortilla de patatas y nos acostamos pronto.
El día siguiente fue algo más relajado, decidimos pasar la mañana siguiente en Punta Carola, tomar el sol y surfear un rato. Por la tarde fuimos a visitar La Lobería, famosa playa conocida por sus enormes olas, las cuales vimos desde la arena.

leones marinos y no tan marinos
Rocío, madre de Fede y propietaria de La Guayaba, vino a despedirse de nosotros, pues debía ir al continente, donde pasaría unos meses. Después de escuchar maravillados algunas de sus anécdotas y vivencias, nos deseó suerte en nuestro viaje. Fede quedó de encargado del negocio y como era de esperar, lo quería celebrar en su casa.
Cuando cayó el sol, después de cenar y pasarnos un rato por casa de Fede, acabamos todos reunidos en el salón de La Guayaba jugando al Pictionari, pero habíamos substituido el arte de dibujar por el de la mímica. Solamente los presentes sabrán el grado de exaltación y telepatía que se llegó a alcanzar. Más tarde, con una sonrisa en la cara, nos fuimos todos a nuestros respectivos aposentos, pues al día siguiente regresábamos a Santa Cruz y queríamos aprovechar la mañana.
El viernes, después pasar otra mañana en Punta Carola, nos despedimos de Fede, Japa, Carlo André y de la gente de Casablanca. Eran las 15:30 y debíamos regresar a nuestro puerto base. Nuestra estancia en San Cristóbal fue muy breve, pero vimos lo suficiente como para comprender que se trata de un lugar hermoso lleno de buena gente
4. EN SANTA CRUZ DE NUEVO (viernes 12/04/13 – miércoles)
Sin duda alguna, este fue el periodo de nuestra estancia en Galápagos en el que más disfrutamos, pues ya conocíamos el lugar y habíamos hecho un numeroso grupo de amigos, nuestra agenda social estuvo más apretada que nunca.
Era viernes, San Cristóbal formaba parte del pasado y fuimos al Bouganville para poner fin a nuestra melancolía… cuando quedaba poco para conseguirlo, fuimos arrastrados, sin oponernos demasiado, al Bongo y a la Panga, allí estábamos todos nosotros con Marina, Zafiro, Camila y ¡los noruegos! Tras 2 largos días nos habíamos reencontrado y nos vimos moralmente obligados a celebrarlo. Al final de la noche, alguno de nosotros acabó reafirmando su amistad con ellos a bordo del BLUE MARBLE.
El sábado por la mañana, sin saber porqué, todo parecía mucho más complicado que de costumbre, sobretodo levantarse de la cama, pero debíamos hacerlo. Era el día del gran evento, habíamos quedado a las 12:00 en el Bouganville para ir todos juntos al rancho de Polo y Jackie.
Una vez en el sitio acordado, nos encontramos con Camila, Marina y su compañera de trabajo Inti. Después de un primer café, seguimos el ejemplo de nuestras amigas y nos abrimos unas PILSENER, resulta ser el mejor método para combatir el chuchaki (la resaca del lugar). Polo y Jackie no tardaron en aparecer en su camión, el cual nos trasportó a todos hasta el rancho.

rancho magico
La finca, conocida como el Rancho Mágico, se encuentra situada en la parte alta de Santa Cruz, nada más llegar, descargamos todas las provisiones que habíamos traído para preparar el festín y entramos en la habilitación principal. Desde allí, se tiene una indescriptible vista de una inmensa pradera verde que llega hasta el mar, en ella se ven caballos galopando libremente y en función de la época del año, también se pueden observar tortugas gigantes. Nuestros anfitriones procedieron a enseñarnos las instalaciones de que disponen, pues dan opción a alquilar habitaciones y a realizar excursiones a caballo. El lugar es tremendamente precioso, todo ha sido diseñado y construido por Polo, combinando madera, piedra y mucho material reciclado.

cueva en rancho magico
Tal y como se había acordado, nos habíamos comprometido a preparar una paella, así que Marc y Enric se pusieron manos a la obra. Marina se encargó de los entrantes y nos ofreció una tortilla de patatas y un humus riquísimo.
Después de comer un suculento arroz y reposar un rato, Polo insistió en dar un paseo y enseñarnos el rancho, en él tenía cabañas en la copa de varios árboles, las cuales también podían ser alquiladas, y túneles de lava, en uno de ellos había montado una chimenea e instalado una mesa para hacer cenas con los amigos.

casita en el árbol rancho magico
Tras pasar una magnífica y agradable tarde, acabamos el día nuevamente en el Bouganville, el Bongo y la Panga, de modo que no hay mucho que explicar acerca del día siguiente.
Esos días nos centramos en organizar comilonas. La siguiente de ellas fue en la casa que la Fundación Charles Darwin ofrece a nuestra amiga Marina, y para demostrar nuestro apoyo a toda teoría relacionada con la evolución, organizamos una buena barbacoa acompañada de un sabroso ai&oli.

barbacoa en casa de marina
Otro de los objetivos que nos habíamos propuesto durante nuestra segunda estancia en Santa Cruz, era bucear en “Gordon’s Rocks”, lugar famoso por el frecuente avistamiento de grandes escuelas de tiburones martillo, tiburones Galápagos y muchísima más vida… el caso es que se trata de una zona con fuertes corrientes y se requiere cierto nivel que, según el centro de buceo con el que realizamos las anteriores inmersiones, teníamos sobradamente.

gordon rocks
El lunes, demasiado pronto por la mañana, quedamos en el muelle, esta vez no iríamos en coche, realizaríamos un trayecto en lancha de algo más de una hora. En esta ocasión, bucearíamos con el mismo Dive Master, Leo, y con Helen y John, pareja Belga que estaban recorriendo Sudamérica en bicicleta.
Un vez en “Gordon’s Rocks”, lo primero que nos sorprendió fue encontrarse con unas piedras en medio del mar fuertemente golpeadas por el oleaje. Siguiendo instrucciones de Leo, saltamos al agua y nos sumergimos rápidamente, pues el mar podía arrastrarnos hacia las rocas.
La visibilidad, pésima, pero teníamos muchas ganas de ver a los ya mencionados tiburones martillo y no le dimos importancia. En un determinado punto de la inmersión, la corriente empezó a incrementar de manera considerable de modo que, haciendo lo que previamente nos habían recomendado, bajamos hasta el fondo y nos agarramos a las rocas. Para desplazarnos, íbamos literalmente saltando de roca en roca, cuando la corriente era más fuerte, permanecíamos quietos y bien sujetos, nuestros cuerpos ondeaban como las banderas con el viento. Fue en ese momento cuando 2 enormes tiburones Galápagos hicieron acto de presencia, pero nuestra prioridad era no ser arrastrados por la corriente, así que en vista del éxito obtenido, se fueron por donde habían venido. La situación acabó resultando bastante cómica.

tiburon martillo
Al acabar, tuvimos que esperar a la lancha, pues en esa zona no podía fondear y permaneció a la deriva hasta que emergimos. Al igual que en la ocasión anterior, se nos ofreció un tentempié antes de la segunda inmersión.
Finalmente, pudimos ver a los tiburones Galápagos, algún punta blanca, tortugas, leones marinos y mucha vida, pero solamente 4 ó 5 tiburones martillo, ese día, las renombradas escuelas de 50 ejemplares estarían en otro lugar, o, si por el contrario estaban allí, la mala visibilidad no nos permitió verlos.
El siguiente evento gastronómico tuvo lugar en la tranquila azotea del Gardner, hostal donde seguían hospedados nuestra pareja de enamorados. Miguel, el encargado de la seguridad durante la noche, accedió a cambio de una buena porción de lasaña. Tras un par de cenas, ya tuvimos ganada su confianza y vía libre.
El martes decidimos comprar unos tickets para desplazarnos a Isla Isabela al día siguiente, así que por la tarde nos reunimos en el Bouganville con el fin de despedirnos nuevamente de nuestros amigos.
La tripulación del BLUE MARBLE había llegado a Galápagos el pasado 9 de marzo, pues habían roto una pieza de la botavara y estaban a la espera del recambio, el cual recibirían durante nuestra ausencia en Santa Cruz, así que debíamos desearnos suerte, ellos pondrían rumbo hacia Gambier y nosotros hacia Las Marquesas.
Insistieron efusivamente, durante mucho rato, en que zarpáramos juntos, para nosotros sería una fácil alternativa, pues disponen de potabilizadora, compresor para los tanques de buceo y un sinfín de gadgets que nos harían la vida más cómoda, pero resistimos y decidimos seguir con nuestro plan inicial, de todos modos, sabíamos que nuestros rumbos se cruzarían más adelante. Esa noche, viendo su manera de celebrar las cosas, pudimos dar fe de sus ascendencias vikingas.
5. UNOS DÍAS EN ISABELA (miércoles 10/04 – viernes 12/04)
La noche anterior había culminado a bordo del SIKKIM, al final nos resultaba difícil saber con certeza quien era quien y acabamos todos hablando en noruego. Prácticamente sin pegar ojo, a las 06:00 de la mañana estábamos físicamente en el muelle, preparados para otro movido viajecito, en esta ocasión, el estado de la mar pareció no afectarnos demasiado, pues no tardamos mucho en quedarnos inconscientes.
Al atracar en Villamil, varios taxistas nos ofrecieron sus servicios y algún que otro lugar donde hospedarse. Fue entonces cuando conocimos a Pablo, su oferta incluía el transporte hasta el hostal La Jungla, donde podríamos pernoctar por 10$ cada uno, rotuladas en su camioneta unas letras decían: “PAPI’S TOURS”, lo cual fue determinante para nuestra decisión, así que cargamos nuestro equipaje y nos dirigimos a nuestro próximo hogar.

hostal isla isabela
Al igual que en San Cristóbal, nuestra estancia sería muy breve, así que una buena planificación era fundamental. Pablo nos puso al corriente acerca de las posibles excursiones, algunas de ellas gratuitas y otras un poco más caras, como no podía ser de otra manera, estas últimas las podíamos tramitar a través de él. Como muestra de gratitud, nos acercó a una laguna cercana donde pudimos ver un gran grupo de flamencos muy rosados, parece ser que dicho color lo adquieren como consecuencia de la gran cantidad de camarones que ingieren.

pelicanos en isla isabela
Aunque estábamos cansados, por la tarde Marc y yo decidimos acercarnos al Muro de Las Lágrimas. Al regresar a La Jungla, habíamos caminado algo más de 10 quilómetros, como era de esperar, esa noche dormimos placidísimamente.
El viernes por la mañana, sin restos de chuchaki, nos despertamos nuevamente muy pronto, habíamos acordado ir de excursión con Pablo. A las 07:00 la PAPI camioneta estaba lista, así que iniciamos la jornada, con nosotros iban Matze y Sarah, joven pareja procedente de Suiza y Alemania respectivamente, vivían una historia de amor verdadero.
Nos dirigíamos al Volcán Sierra Negra y al Volcán chico. Al llegar a su base, Pablo regresó a Villamil y nosotros nos reunimos con César, guía de la reserva que nos acompañaría durante todo el día. Por delante teníamos 8 quilómetros de ascensión y, consecuentemente, otros 8 de descenso, así que empezamos a caminar. Al llegar a la caldera del primero de los volcanes, nos quedamos boquiabiertos, el panorama era impresionante, se trataba de una circunferencia de unos 10 km de diámetro rellena de lava en estado sólido, alrededor crecía una gran cantidad de vegetación, el contraste de colores era sin igual.

foto de grupo
Procedimos con la marcha hasta el siguiente volcán, durante el camino, César contribuía sin cesar en el enriquecimiento de nuestra cultura tectónica. A medida que avanzábamos, la vegetación iba desapareciendo gradualmente, hasta quedar prácticamente inexistente, el entorno era mucho más árido y los colores habían sido sustituidos por negros y rojos de todas la intensidades, el paisaje parecía pintado a brochazos. Al llegar a la cima pudimos disfrutar de una insuperable visión de Isabela, desde allí se podía contemplar gran parte de la isla… nuestro idílico día de jóvenes aventureros se vio truncado por la aparición repentina de una fuerte lluvia, la cual nos dejó entrever que el camino de regreso no sería tan apetecible como el de subida, pues el chaparrón no cesó hasta que hubimos llegado nuevamente a la base, donde Iñaki, Marc y yo nos percatamos que, por primera vez en todo el viaje, habíamos llevado con nosotros nuestros respectivos pasaportes en las mochilas, al abrirlos, estaban completamente empapados, las páginas pegadas unas con las otras y los sellos de cada país ininteligibles.
Tras un ligero snack y poco reposo, Pablo nos acercó al muelle de Villamil, donde un bote nos trasladó a Tintoreras con el fin de hacer snorkel con tiburones de punta blanca, acabamos la jornada conservando todas nuestras extremidades pero enteramente exhaustos.
A la mañana siguiente fuimos a visitar otro de los centros de crianza de tortugas gigantes, aprovechamos el acto de apareamiento de 2 ejemplares para grabar un video en el que felicitábamos a nuestro amigo Xavi Martínez, pues era su cumpleaños. Por la tarde fuimos toda la tropa al Muro de las Lágrimas, cabe destacar que lo más interesante de esta caminata, a parte de ser gratuita y buena para el corazón, son los múltiples desvíos que se encuentran por el camino, llevándote estos a bonitas playitas, a lagunas, a túneles de lava… terminamos el día organizando una buena fiesta en el hostal para celebrar el aniversario de Helen, la chica de la pareja belga que conocimos en la inmersión de Gordon’s Rocks. Después de una exquisita cena, en la que cada uno contribuyó a su manera, todos los huéspedes de La Jungla acabaron sufriendo los estragos de la caña manabita… al salir el sol, con mucho sueño y algo de chuchaki, regresamos a nuestra querida Santa Cruz.
6. PREPARATIVOS PARA LA TRAVESÍA (miércoles 10/04 – viernes 12/04)
(Después de releer la crónica y percatarme de que me estoy sobrescribiendo, procederé a resumir (algo que nunca supe hacer muy bien)).
Tras haber pasado unos inmejorables días y haber checkeado el decremento de nuestras cuentas bancarias, dimos por culminada nuestra vida turística y nos dedicamos a la preparación y a la planificación de la travesía hasta la Polinesia francesa, concretamente a las islas Marquesas, pues debíamos arranchar todo para vivir entre 20 y 25 días en alta mar, así que hicimos varias sesiones de lavandería, rellenamos el SIKKIM de Gas Oil, gasolina, agua i víveres, limpiamos su casco y le dimos todos los mimos que requería para que no nos fallase durante el camino. De vez en cuando aprovechábamos para tomarnos algún que otro respiro, beber alguna que otra PILSENER, conectarnos a internet, sacarme el menisco de lugar y demás actividades que íbamos a echar de menos.
Las últimas noches fueron acompañadas de múltiples cenas de despedida… antes de dormir, ya en la cama, cierta nostalgia y nerviosismo me invadían, mostrándome que lo había pasado muy bien y que una vez más me iba a costar dejar atrás otro lugar y su gente, pero el viaje debía continuar, y era consciente que esa sensación se volvería a repetir.
Llegado el día, después de numerosos besos, abrazos y deseos de buena suerte, nos dirigimos al SIKKIM, viramos ancla y abandonamos la bahía de Puerto Ayora a motor… después de una hora, izamos la mayor, desenrollamos el génova e iniciamos la travesía más larga de nuestro viaje alrededor del mundo, casi 3.000 millas nos separaban de Fatu Hiva, nuestro puerto de destino… la nostalgia y el nerviosismo progresivamente fueron sustituidos por la emoción y el afán de conocer lo desconocido, atrás quedaba un maravilloso lugar al que deseamos volver y grandes amigos con los que esperamos reencontrarnos pronto.
7. INFORMACIÓN DE UTILIDAD
7.1 Excursiones
Seguidamente se detallan las excursiones realizadas en cada una de las islas, sus respectivos precios y un breve comentario.
7.1.1 SANTA CRUZ
– Fundación Charles Darwin: Centro de Crianza de Tortugas Terrestres “Fausto Llerena”. Cuidaban de “Solitario George”, el último sobreviviente de la dinastía de tortugas terrestres de la Isla Pinta. Fue encontrado en diciembre de 1971 y trasladado a la Estación Científica Charles Darwin en marzo de 1972. Todos los esfuerzo por encontrar otros ejemplares de la isla han sido en vano. Durante sus últimos días compartió corral con dos tortugas hembras de la población del volcán Wolf. Murió el 24 de junio de 2012.
Es completamente gratuito.
– Playa Angermeyer y Las Grietas: Son parte de una fractura volcánica que se extiende desde Punta Estrada al extremo oeste de Bahía Academia y se prolonga por varios quilómetros tierra adentro.
En ellas se mezcla agua de mar y agua de lluvia, creándose un ecosistema salobre. Larvas de peces, como el pez loro, logran desarrollarse en estas grietas y quedan atrapados hasta su edad adulta.
Es completamente gratuito.
– Tortuga Bay: Tras caminar 2,5 quilómetros por un sendero de adoquines bastante protegido por la sombra, se llega a Tortuga Bay, enorme playa de arena blanca y con buenas olas. Si se tiene intención de surfear, se trata de un buen sitio, si sólo se quiere disfrutar de un baño tranquilo, se puede seguir andando hasta llegar a playa mansa, totalmente protegida del mar. Por el camino se encuentran numerosas iguanas acuáticas tomando el sol o dándose un chapuzón.
Es completamente gratuito.
– Los Gemelos, Finca Las Primicias & Túneles de Lava: Después de eventos volcánicos de gran magnitud quedan cámaras magmáticas vacías y enormes túneles de lava.
Con el tiempo los procesos tectónicos y la erosión provocan el colapso del techo del techo volcánico y abren grandes cráteres al exterior.
En el interior de Los Gemelos hay un enorme bosque de scalesia (Scalesia pedunculata) constituye una zona de vegetación que se extiende entre 400-500 msnm. Este árbol desempeña un papel muy importante en el ecosistema insular, al ser una trampa para colectar agua de lluvia y sirve de sustrato para muchas plantas como: bromélias, orquídeas, musgos y líquenes entre otros. Es también un importante hábitat para 8 especies de pinzones de Darwin y el famoso pájaro brujo.
Pagamos 35$ por los servicios del taxista y 3$ por cabeza en Las Primicias. Total: 50$.
– Inmersiones en Seymour y en Gordon’s Rocks: Pagamos 120$ por cada 2 inmersiones y persona. Si dispones de él, puedes usar tu propio equipo, si no es así, te lo prestan todo sin coste adicional. El precio incluye un tentempié a base de sándwiches, fruta y zumo entre inmersiones.
Pudimos comprobar que en las aguas de Galápagos existe abundante fauna, pero la visibilidad dejó mucho que desear. A pesar de que es más caro, merece la pena buscar un centro de buceo de “confianza”.
7.1.2 SAN CRISTÓBAL
– Centro de Interpretación Charles Darwin, Mirador Tijeretas & Punta Carola: Queda todo muy cerca de Baquerizo Moreno, es una caminata agradable y fácil. Según mi opinión personal, el Centro de Interpretación Charles Darwin es el mejor sitio, de las 3 islas, para conocer la historia y las curiosidades de Galápagos.
Es completamente gratuito.
– El Junco, La Galapaguera, Puerto Chino, La Casa del Árbol: El Junco es el único lago de agua dulce de dimensiones considerables en Galápagos. Se llega tras media hora en coche desde Puerto Baquerizo Moreno.
La cavidad del lago es la caldera de un volcán extinguido. El Junco se llena con agua de la lluvia, y su volumen varia en función de la estación del año; recomiendan no visitar el lugar durante la estación de lluvias (enero-abril), pues es muy probable que el terreno esté excesivamente fangoso.
La Galapaguera es otro de los Centros de Crianza de Tortugas Gigantes, fue en el que vimos menos ejemplares, pero era el más “bonito” y mejor organizado. Pudimos dar de comer a dos ejemplares enormes.
Puerto Chino es una de las playas más bonitas de todas las que visitamos, se puede tramitar un permiso para pasar una maravillosa noche de acampada.
La Casa del Árbol se haya en la copa del ceibo más grande del mundo (según nos dijeron), merece la pena ver todas las particulares “atracciones” construidas con materiales reciclados… entre otras, disponen de una gran pared formada por más de 3.000 botellas de cerveza (vacías).
Organizamos un “tour” con un taxista local, el precio fue de 40$.
– La Lobería: Enorme playa de arena blanca donde se pueden observar numerosos ejemplares de leones marinos (lobos) y de iguanas. Es uno de los spots más famosos de Galápagos para surfear, el día que fuimos, las olas eran enormes.
Es completamente gratuito.
– León Dormido: A pesar de que nos lo recomendaron encarecidamente, no lo visitamos, de todos modos, se adjunta breve explicación.
Situado aproximadamente a hora y media en bote desde Puerto Baquerizo Moreno, se trata de una gran roca formada por la consolidación de ceniza volcánica que alcanza los 500 pies (unos 150 metros) desde la superficie del océano. La erosión a lo largo de los años la ha dividido en 2 partes, dándole una forma muy característica, la cual recuerda a un león marino.
A parte de la belleza del lugar, se pueden ver numerosos piqueros de patas azules, pájaros fragata y leones marinos.
También se puede hacer snorkel o scuba, pues se trata de una zona con mucha vida submarina.
7.1.3 ISABELA
– Muro de Las Lágrimas: Para llegar a dicho lugar se debe andar más de 5 km desde Villamil, se trata de una excursión fácil y agradable. Por el camino se encuentran varias calitas, túneles de lava, lagunas, tortugas, iguanas…
Durante la II Guerra Mundial, Las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos se instalaron en Isla Baltra y en otros puntos estratégicos de Galápagos. En Isabela había tres destacamentos militares que estaban encargados de mantener tres radares que eran parte de un sistema de vigilancia del Pacífico Central con el fin de alertar cualquier amenaza al Canal de Panamá. En este sector adecuaron varios canchones de pino importado de EEUU. En ese entonces los pobladores intercambiaban varios productos con los militares estadounidenses.
En 1946 llegaron a la Isla de Isabela 300 presos y 30 policías con el fin de crear una colonia penal lejos del Continente. Se utilizó la infraestructura que quedó del ejército estadounidense, especialmente las casas de madera. La idea de hacer un cerramiento para controlar a los presos y así mantenerlos ocupados en alguna tarea, llevó a la construcción del “Muro de las Lágrimas”. Los presos recibían fuertes castigos y se imponía el dicho: “Este lugar es donde los valientes lloran y los débiles mueren”.
Es completamente gratuito.
– Sierra Negra & Volcán Chico: Tal y como ha sido explicado a lo largo de la crónica, esta excursión es una de las más “duras”, pues se deben andar 8 km de ascensión y otros 8 km de descenso, pero merece la pena.
Debido a que la cámara magmática del Volcán Sierra Negra se encuentra aproximadamente a 2 km de profundidad, existen un sinnúmero de comisuras por donde cada cierto tiempo, se producen escapes de gases (fumarolas) o erupciones de lava. La caldera de Sierra Negra tiene 10 km de diámetro y es una de las calderas activas más grandes del mundo.
Pagamos 60$ por persona, el precio incluye la excursión a Sierra Negra y Volcán Chico, un pequeño tentempié y el snorkel y excursión a Tintoreras, se hace todo el mismo día.
– Tintoreras: Excursión incluida en el precio de la visita a los volcanes, se realiza un snorkel en el que se pueden ver bastantes tiburones de punta blanca, tortugas y rayas. Después se camina un rato para poder observar a los piqueros de patas azules, a los pingüinos, a los leones marinos…
– Centro de Crianza de Tortugas Gigantes “Arnaldo Tupiza Chamaidan”: Se trata de otro de los Centros de Crianza que visitamos durante nuestra estancia, una vez más, pudimos percatarnos de la importancia que estos tienen, pues sólo gracias a la reproducción y crianza en cautiverio se podrá asegurar su supervivencia a largo plazo.
Las tortugas bebés tienen su carapacho suave, lo cual las hace muy vulnerables al ataque de animales introducidos tales como ratas y gatos. Por esta razón es importante mantenerlas protegidas en corrales, donde tendrán sombra, agua todo el tiempo y el mejor alimento con diferentes vegetales. Cada tres meses se las pesa y mide para conocer su crecimiento.
Después de permanecer en el Centro de Crianza un mínimo de 8 años, las tortugas están listas para regresar a sus sitios de origen.
Muy cercano al centro, existe una laguna llena de Pelícanos rosados, por lo que nos contaron, adquieren dicho color como consecuencia de la cantidad de camarones que ingieren.
Es completamente gratuito.
7.2 Para futuros navegantes
A continuación se adjunta la relación de los valores que nos fueron cobrados a nuestra llegada al Parque Nacional de Las Galápagos; todos los trámites fueron realizados mediante la “Agencia Naviera Naugala S.A”:
– Ingreso de 5 personas al Parque Nacional de Las Galápagos: 500,00$ (100,00$ por persona).
– Inspección de Agrocalidad (Registro de Inspección Medios de Transporte & Certificado de Inspección Cuarentena Vía Marítima): 30,00$.
– Desinsectación del buque: 70,00$.
– Pago al Consejo de Gobierno: 50,00$.
– Capitanía de Puerto Ayora; Zarpe Internacional: 15,00$.
– Tasa de Faros y Boyas (2013):149,43$.
– Dirección General de Migración: 30,00$.
– Gastos de documentación, fotocopias y otros: 20,00$.
– Gastos de representación de la agencia: 150,00$.
Sumando un total de 984,43$. Este permiso de estadía en el archipiélago nos autorizaba a quedarnos un máximo de 20 días y prohibía el movimiento del buque, es decir, durante nuestra estancia en Galápagos, el SIKKIM no podía moverse del fondeadero de Puerto Ayora. Otra opción es realizar la entrada al Parque en la Isla de San Cristóbal (Puerto Baquerizo Moreno) o de Isabela (Puerto de Villamil), en tal caso el buque no habría podido moverse de dicho lugar.
Existe otro permiso, que hay que tramitar con antelación, que autoriza a los visitantes a moverse libremente con su barco entre las islas de San Cristóbal, Santa Cruz e Isabela, de todos modos, fondeando sólo en los puertos de Baquerizo Moreno, Puerto Ayora y Villamil respectivamente. Además, se prolonga el permiso de estadía hasta los dos meses.
7.3 Conclusiones
Como es costumbre, nosotros llegamos a Las Galápagos haciendo gala de la despreocupación que nos caracteriza y sin habernos informado previamente sobre los distintos tipos de permiso que se otorgaban… el segundo de ellos es algo más caro que el primero, pero merece la pena estudiarlo detenidamente, pues si se tiene intención de visitar otras islas, hay que tener en consideración el precio de cada trayecto mediante ferri y el hospedaje en algún hostal. Nuestro caso fue el siguiente:
– Ferri para 5 personas “Santa Cruz – San Cristóbal” (ida y vuelta): 280$ (56$ por persona).
– 2 noches en “La Guayaba”: 200$ (40$ por persona).
– Ferri para 5 personas “Santa Cruz – Isabela” (ida y vuelta): 300$ (60$ por persona).
– 3 noches en “La Jungla”: 150$ (30$ por persona).
Obteniendo como cantidad total gastada la friolera de 930$. Con todo esto, quiero hacer entender que en función de las intenciones que tenga el futuro visitante, deberá considerar cuál de los 2 permisos le acabará resultando más económico, pues nuestro desembolse hubiera sido muy inferior si nos hubiésemos informado con antelación y hubiésemos tramitado el permiso para dos meses… de todos modos, hay que tener siempre presente que Galápagos es caro, muy bonito, pero caro.
Ahora Las Encantadas quedan a unas cuantas millas por la popa, por delante tenemos muchas singladuras de mar y cielo… nos llevamos un maravilloso recuerdo de este grandioso lugar y de la gente que hemos conocido, nuestras cuentas bancarias también se acordarán de estos días… que nos quiten lo “bailao”.
“Orgullosa” es una paraula que no acaba de descriure exactament el que sento, gitanet meu.
Resumir, certament no es lo teu..però quí vol resums amb una crònica com aquesta..!
Si us plau, si no es en aquestes pàgines que sigui en les tres-centes llibretes que t’he fet arribar junt amb els tres-cents mitjons i calçotets.
Fill…ESCRIU!!.
Escriu cada dia una miquetona.
Amb els anys et retrobarás amb tots aquest moments, els reviurás i els farás viure a d’altres persones que t’estimen.
Com jo.
…i molt diver lo dels taurons i conservar totes les vostres extremitats..em quedo molt més tranquila..On va a parar!
Polete, te lo has currado, muy buena crónica!! Un poco retrasada…pero más vale tarde que nunca. Ya queremos la siguiente y la otra y la otra! Besos fuertes